Los parques son pequeños oasis urbanos en los que podemos desconectar del bullicio de la ciudad, pasear para desocupar la mente e inspirarnos, sentarnos a leer un libro o hacer ejercicio. Algunos, además, son famosos por su belleza arquitectónica, sus peculiaridades botánicas o sus templos. A continuación te contaremos algunas de las particularidades de tres parques que no deberías dejar de visitar si estas vacaciones te acercas a alguna de estas ciudades chinas. Aviso: en todos hay que pagar entrada, aunque los precios son muy asequibles.
Yuyuan Gardens, Shanghai
Este gran jardín construido en el siglo XVI por la familia Pan Yunduan está situado en el centro histórico de Shanghai. Mide la friolera de 20.000 m2, rodeados por una muralla en forma de dragón y es uno de los jardines más populares de China, por su arrebatadora belleza que cuenta con los cuatro elementos básicos del jardín tradicional chino: rocas, agua, plantas y estructuras arquitectónicas, ya que tiene diferentes construcciones de estilo tradicional (además de numerosos estanques y una buena parte de vegetación). Si vas, no olvides visitar su gran Roca de Jade de más de tres metros de altura y con un montón de agujeros naturales que hacen que la sombra que proyecta vaya mutando según cambia la luz del sol.
Jardines del Clan Chen, Guangzhou
Estos jardines están situados alrededor del templo de la misma familia, uno de los mejor conservados de su provincia (Guangdong) que además cuenta con todas las características de la arquitectura tradicional de la zona. Miden alrededor de 15.000 m2, en los que se engloban los jardines divididos en patios, el edificio principal, nueve salones y diecinueve edificios más (vamos, que podría ser un pueblo pequeño). Una de las particularidades de este jardín, que hace que sea muy popular en Instagram, son los arbustos cortados en forma de dragón, con un montón de flores dándoles un estallido de color.
Parque Jingshan, Beijing
Situado en la Ciudad Prohibida, es uno de los parques favoritos de los pekineses, que lo usan tanto para practicar caligrafía en el suelo con un pincel mojado en agua como para hacer ejercicio -taichi, aerobic, todo tipo de danzas orientales- o cantar karaoke al aire libre y bailar. Desde la cima de la colina que da nombre al parque se puede ver toda la Ciudad Prohibida, y sin una no existiría la otra: no estamos hablando de un accidente geográfico natural, sino del amontonamiento de la tierra que extrajeron para fabricar el gran foso que rodea la Ciudad. Cuenta la leyenda que la crearon para proteger al palacio de los malos espíritus; no sabemos si es así, pero sí es bastante útil para protegerlo de las tormentas de polvo que trae el viento desde el norte, que en primavera suelen ser bastante frecuentes (y molestas).