La hierba que no deja a nadie indiferente
Ay, cilantro, cilantro. Hierba adorada por unos y odiada por otros, pero que no deja indiferente absolutamente, pilar de tantas cocinas asiáticas (y sudamericanas). Tu aroma embriaga a mucha gente, y la genética hace que el resto, al morderte, sienta como si estuviera haciendo lo propio con una pastilla de jabón.
Si hay un topping por excelencia en los platos chinos, con permiso del cacahuete y la cebolla de verdeo, es sin duda esta aromática de la familia de las apiáceas (como el perejil, el apio, la zanahoria, el eneldo o el hinojo). Su importancia en esta gastronomía asiática es tan grande que también se le conoce como “perejil chino”, aunque es originaria de Oriente Próximo: se encontraron algunas de sus semillas, como ofrenda en el recinto donde enterraron Tutankhamon.
Muy pronto las llevaron hasta la India, China y el Sudeste Asiático, desde donde fueron exportadas también a América Latina: ya tenemos dibujado el mapa de las zonas donde esta hierba goza de mayor popularidad. Debe su aroma al decenal un aldehído graso que comparte con la peladura de la naranja; su alta reactividad hace que pierda rápidamente el aroma cuando se caliente (por eso cocinado es mucho más tolerable para sus detractores).
En la carta de l´Olla de Sichuan by Grupo Lee puedes encontrar el cilantro en múltiples formas. Tanto como uno de los aderezos imprescindibles para la salsa de la olla sichuanesa o hotpot, junto con la salsa de cacahuete, el cebollino y cualquier picante al gusto, como incluido en alguno de nuestros platos más tradicionales. Los fideos sichuan lumien, la ensalada de pollo o las berenjenas en escabeche chino son algunos de los clásicos de la casa donde el cilantro es el rey. Acércate a probarlos y descubre un ingrediente básico en la cocina china.