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Es el momento de planear las vacaciones, y todavía no sabes dónde ir. Tienes ganas de viajar y dinero para hacerlo, pero buscas esa inspiración que te guíe hacia un lugar u otro, ese oráculo que te ayude a decidir tu destino. A continuación te presentamos algunos monumentos chinos cuya contemplación bien vale coger un avión y recorrer unos cuantos miles de kilómetros.
La Gran Muralla
Patrimonio de la humanidad de la UNESCO, la famosa Gran Muralla fue construida entre 214 y el 204 a.C. con la intención de defenderse de los invasores extranjeros. Con 6259 km de largo originales y entre 6 y 7 metros de altura, es la construcción más grande del mundo hecha por el ser humano. Es muy difícil ver todos los trozos que quedan en pie en un solo viaje, ya que están bastante desperdigados por la geografía del país: una de las más bonitas es la de Mutianyu, muy cerca de Pekín -hay servicios de autobuses urbanos- y rodeada de una abrumadora naturaleza salvaje.
El Gran Buda de Tian Tan
En la isla de Lantau se encuentra uno de los monumentos más impresionantes del país, un gran Buda de bronce que mide ni más ni menos que 34 metros de altura: para construirlo se usaron casi 250 toneladas de metal. Fue construido a principios de los años 90 del siglo pasado -es un Buda muy joven- y simboliza una nueva China, tradicionalmente budista pero encantada de recibir visitantes occidentales en busca de belleza.
Los guerreros de Xian
En marzo de 1974, durante unas excavaciones que buscaban un abastecimiento de agua para la cercana ciudad de Xian dieron con uno de los descubrimientos artísticos más fascinantes de la década -y seguramente del siglo-: un conjunto de casi 8000 estatuas de guerreros y caballos de terracota, un verdadero ejército formando filas en en conmemoración de las tropas del primer emperador del país, Qin Shi Huang. Se construyeron entre los siglos 210 y 209 a.C. Si los ves y no te impresionan, es que tú también eres de piedra.
El Palacio de Verano
El Palacio de Verano, cuya traducción literal es ‘Jardín de la Salud y la Armonía’, ya que hasta 1901 no fue utilizado como residencia estival por la Emperatriz Cixi, que lo reconstruyó después de que lo arrasaran los ejércitos franco-británicos en la segunda Guerra del Opio, es un parque de unas 300 hectáreas en la ciudad de Pekín. Está a orillas del lago Kunming, una construcción artificial con forma de melocotón, la fruta que representa la larga vida en la China imperial. Una de sus construcciones más impresionantes es un corredor cubierto de 750 metros, decorado con más de 14.000 pinturas con escenas sobre la historia del país asiático.